lucas



El Pato Lucas (Lucas Sheldom Pato), también conocido por Daffy Sheldom Duck (nombre en inglés original) es un pato silvestre que aparece en diferentes capítulos del programa de dibujos animados Looney Tunes solo o en compañía junto a Bugs Bunny, Sam Bigotes, Porky Pig, Elmer Gruñón, o Speedy González, de carácter avaro, malgeniado, charlatán, lo vemos desempeñando varios papeles (vendedor de seguros, héroe intergaláctico, suplantador o doble de Bugs Bunny, etc.) aunque todos sus planes terminan casi siempre en fracasos.

Sin embargo, cabe destacar que cuando se creó el personaje (1937), este era bastante loco y no tenía nada de mal genio, por lo que además todo le salía bien tal como a Bugs Bunny.

En un dibujo del Pato Lucas de 1937, comparado con uno de hoy, se puede apreciar que cuando el personaje está con Elmer Gruñon es un pato loco, y cuando se encuentra con Bugs Bunny es malvado, gruñón y desafortunado.


 

En la serie animada Los Simpson, Abe Simpson lo cita como uno de sus amigos relacionados con el Partido Comunista de Estados Unidos, en clara referencia a la era McCarthy.

Pato Lucas apareció malo en "Law and Toons" de Flash Toons de Nickelodeon

Al igual que Bugs Bunny, Lucas también tiene una famosa frase característica, Eres despreciable, frase con la que siempre arremete hacia Bugs.

Aparece en El Show de los Looney Tunes viviendo junto a Bugs Bunny.Segun se menciona se muda junto a Bugs Bunny porque no podía pagar su alquiler y lleva mas de cinco años viviendo con Bugs. A diferencia de las caricaturas originales, el y Bugs son mejores amigos.






El Pato Lucas

No es de extrañar que el Pato Lucas tenga doble personalidad. En sus primeros años, Lucas era un maniaco, explosivo e impredecible que participaba en aventuras que incluso a él le parecían descabelladas. A medida que su personalidad ganaba en profundidad en las manos de los directores de animación de Warner Bros., el pequeño pato negro se fue haciendo más auto-analítico, competitivo, malhumorado, paranoico y neurótico. Finalmente, Lucas se encontró cada vez más a la merced de un universo que parecía favorecer a todo el mundo menos a él. Entonces, ¿por qué las audiencias leadoran? A pesar de sus fracasos, Lucas, como el héroe griego Sísifo, es una víctima de la injusticia que siempre protesta. Y lo que le convierte en un héroe es su negativa a rendirse a los caprichos de un universo conspirador. ¿Cómo no sentir lástima por un pato mal dotado con la voz de Lucas al que no le dejan en paz? Al menos Lucas aspira a mucho. Y cuando fracasa, vuelve a poner la marca... incluso más alta.
El Pato Lucas ha surgido del talento de Tex Avery, Friz Freleng, Bob Clampett y Chuck Jones. Y no es que sea un completo fracaso. Lucas ha sido





presentador de los Oscar y ha protagonizado o aparecido en más de 150 películas de animación y largometrajes, a menudo como héroe autoproclamado junto con su polo opuesto y compañero: Porky, vergonzoso y muchos menos desenvuelto. A lo largo de numerosas historias hilarantes, Lucas, una y otra vez, siempre se las apaña para llevarse la peor parte.
En Drip-Along Daffy y My Little Duckaroo la pareja cómica, interpretando a agentes del orden del Salvaje Oeste, se llevan algo muy distinto a lo que se esperaban cuando se enfrentan al forajido


En la obra maestra de Chuck Jones Duck Amuck, el antagonista de Lucas es un animador invisible que lo atormenta cambiando fondos y attrezo, jugando con el sonido y borrándole y volviéndole a dibujar de forma humillante. Muy apropiadamente, el culpable no es otro que Bugs Bunny, cuyo asombroso éxito se convertiría con el paso del tiempo en pararrayos de la envidia y el resentimiento de Lucas. En cortometrajes como Rabbit Fire y Rabbit Seasoning de Jones y A Star Is Bored de Freleng, la pareja llevó a cabo en la pantalla un batalla de ingenios intemporal, con Lucas presentándose al combate casi siempre desarmado.

Al final, es posible que tenga que volver a colocarse el pico y recoger su dignidad en una pala para la basura, pero el Pato Lucas siempre consigue lo que, desafortunadamente, nunca llega a oir: las risas agradecidas de la audiencia

 

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